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jueves, 26 de diciembre de 2019

Dios, el hereje

Transexual crucificado en el desfile del Orgullo Gay de São Paulo en 2015. Fuente: Sputnik Mundo

(Villancico heterodoxo)

En la desierta noche
de la ignorancia,
caminamos desnudos,
buscando un alba.

Solo una estrella
nos indica la forma
del punto omega.

Dios, indefenso, duerme
sobre su madre;
lo rechazaron todos
los hospitales.

Bajo la noche,
nació desabrigado,
sin pasaporte.

En brazos de María
deja su reino,
cruzando las fronteras
en el desierto.

Huye del frío,
como los inmigrantes
de su destino.

El día que retorne
Dios, el hereje,
vendrán a fustigarlo,
dándole muerte.

Y un sacerdote
lo llamará maestro
de pecadores.

La ternura de lo imposible

Una artista homenajea a Daniela Carrasco durante las protestas celebradas en Santiago de Chile en el otoño de 2019. Fuente: El Patagónico

Que su rostro [...] cubra el horizonte.
(Raúl Zurita)

(In memoriam Daniela Carrasco)

En Santiago de Chile,
ciudad que se imagina falso norte
sobre mapas australes de miseria,
Daniela, con su traje de payaso,
ponía con sus dedos
un broche de colores agridulces
en el aire doliente de la calle.
Su palabra y su mímica celeste
recogían aplausos de los niños,
como las grandes araucarias
apuran el rocío de las estrellas,
el aguardiente de las brumas.
Y dentro de sus ojos maquillados
ardían las violetas del futuro,
y el carmín de su boca desataba
la ternura de lo imposible.

De súbito nació la rebeldía,
cubriendo los antiguos empedrados
con mareas humanas, y Daniela
quiso fundirse con el pueblo,
con sus olas de rabia clamorosa,
con los temblores de su llanto
bajo un cielo desnudo.
Llegó la turba de carabineros,
los fantasmas del orden,
y sus manos prendieron a Daniela
con el frío mortal de los cerrojos,
y en la comisaría de las tumbas
insultaron a golpes
la carne de su frágil detenida.

La violaron a turnos, derramando
lamentos anegados en la sombra,
mientras dormía la ciudad alerta,
bajo farolas trémulas de miedo.
Y entonces resolvieron su destino
con la cobardía de un hombre,
con un silencio funeral de sangre.
No temblaron sus manos. Era
solo una muerta anónima, inocente,
solo una cifra menos
para los dioses del mercado,
para los inversores cuyas firmas
arrasan los vacíos palomares.

Antes de que gritasen las auroras
en su parto de nubes calcinadas,
colgaron a Daniela,
con su forma de muerto lirio,
de las rejas de un parque,
y una soga de crímenes impunes
ató su cuello firme
al útero de un cielo destruido.
Pero sus ojos cubren el horizonte,
y ahora surgirán de su memoria
las violetas del mundo que florece
con gases lacrimógenos y balas,
cuando se rompen las comisarías
y las araucarias anuncian
la ternura de lo imposible.

Tankas de otoño-invierno

Laurisilva

Manos de niebla
tocan las grandes hojas
de los helechos.
Catedrales de ramas
acarician la lluvia.

Taborno

Un roque verde,
pirámide gastada
bajo la lluvia,
corona su palacio
de montes derruidos.

Invierno

Árbol de invierno,
tus arterias acunan
gélida savia,
primavera durmiente
bajo cielos de plomo.

Trenes

Surcan los trenes,
cargándose de sombras,
las estaciones,
en el mundo que marcha
sobre ignotos raíles.

Metro

Acelerado
sobre un vagón de metro,
surcando un túnel,
soy oscura materia
que se vuelve fantasma.

Chile

Estatua del jefe mapuche Caupolicán, con la cabeza de la estatua del militar Dagoberto Godoy colgada de su mano izquierda, en la ciudad de Temuco (Chile), durante las protestas ocurridas en el otoño de 2019. Fuente: El Desconcierto

Bajo dolientes auroras, en Chile, retumba la sangre,
cuando los pueblos recogen su larga cosecha de tumbas,
ante los guardias armados, que incendian las pálidas noches,
con su rocío de balas, fraguando silencios de plomo.

Luz de la historia, las madres alumbran edades violetas,
como los niños emergen, cubiertos de sangre, llorando,
y ante los hombres de piedra, que guardan los fríos cuarteles,
vientos del mundo susurran plegarias con voces de muertos.

Solve et coagula

Solve et coagula: emblema impreso en un libro sobre alquimia. Fuente: Amino Apps

“Disuelve y coagula”, ya dijeron
los grandes alquimistas, hace siglos:
cuando los aprendices
estudian los arcanos de sus libros,
los metales engendran oro puro,
con átomos divinos,
y el corazón del sabio, si perece,
resurge con los mundos infinitos.

Así la sangre impura de la banca,
los demonios del gran capitalismo
tendrán que disolverse con el fuego
de las revoluciones, en el grito
de los pueblos en lucha,
para coagularse en el destino
común de los humanos,
destruyendo los órdenes antiguos.

Los ángeles mortales de la historia,
millones de rebeldes en camino,
pisan ya las enormes avenidas,
creciendo con la fuerza de los ríos.
Y en colinas de escombros humeantes
emergen amapolas, como signos
del mundo que imagina
su reino de palomas y de trigos.

sábado, 12 de octubre de 2019

Eva

Eva. Escultura en mármol de Auguste Rodin. Museo Soumaya.

Yo soy Eva, la sombra del misterio,
la pura fuente de la vida humana:
las tablillas grabadas en sumerio
me imaginaron como diosa arcana.

Yo pisé los abismos de lo humano,
descubriendo jardines y serpientes;
Adán y yo caímos de la mano,
pues éramos iguales e inocentes.

Nunca fui la costilla de mi esposo,
como dijeron mitos ancestrales:
un origen profundo y azaroso
callaban mis honduras maternales.

Adán halló la cueva luminosa
dentro de mí, guardándose del frío,
y en la noche materna y misteriosa
conjugué su deseo con el mío.

Cargué las mitocondrias en mi seno,
para todas las hijas de la historia,
como la fuerza indómita del trueno
sacude, retumbando, la memoria;

de mí provienen todas las humanas
como ríos de fértiles caudales;
niñas, adultas, jóvenes, ancianas
brotaron de mis genes primordiales.

Yo soy la joven Isis descubierta,
sin máscara ni velo; soy vigía,
guardando los misterios en la puerta
solemne de la gran sabiduría.

Yo soy la emperatriz iluminada,
la papisa de tiara fulgurante;
soy la justicia, firme con su espada,
y el mundo, con su náyade volante.

Yo soy, al cabo, todas las mujeres,
las hermanas que siguen mi camino,
pues ejercen los diáfanos poderes
que surgen del misterio femenino;

porque, si Adán es nada, yo soy ave
que nace de su incógnito reverso;
yo le descubro, con dorada llave,
la forma de este grácil universo.

sábado, 5 de octubre de 2019

Adán

Adán. Escultura en bronce de Auguste Rodin. Metropolitan Museum of Art (Nueva York).

Adán yo soy: entonces, yo soy nada;
soy un eco del sueño más profundo.
Soy la sombra del tiempo revelada
sobre el espejo insólito del mundo.

Solo soy el primero de los hombres
que regarán el cauce de la historia;
los ecos infinitos de sus nombres
emergen de mi prístina memoria.

Yo conocí la sombra del pecado
como reino de fértiles jardines,
cuando mordí su fruto desolado
y un ángel me privó de sus confines;

luego me despojé de la inocencia,
cuando vestí mi falo de pudores,
y detrás de mi lóbrega conciencia
me rondaron fantasmas y temores.

Y conocí la muerte, la semilla
de las arcanas furias que dirigen
mi corazón, formado con arcilla,
desde la ciega noche de su origen;

cuando fríos microbios copularon,
cubriendo los océanos primeros,
de modo que sus genes ocultaron
la maldición de Tánatos en Eros.

Dejé mi selva, mi frondosa cuna,
persiguiendo la indómita sabana,
cuando los ecos de mortal hambruna
casi anularon a mi estirpe humana;

y así quedó mi viejo cromosoma,
velado con la sombra de mis hijos,
hasta cuando las llaves del genoma
descubrieron sus números prolijos.

Aunque no me conocen los vivientes,
aún dibujo mis cansadas huellas,
con los pies numerosos de las gentes,
en el rumbo que fijan las estrellas;

y mis ojos preguntan, abrumados,
qué fin esconderá mi largo viaje,
mi camino de círculos borrados
en las dunas ardientes del paisaje.

Pero quizás, al cabo de milenios,
conoceré la ciencia destruida,
la fuente de los mundos primigenios,
la rosa llameante de la vida;

surcaré, solitario pasajero,
mares de luz en el espacio oscuro,
despejando su cósmico sendero,
la incógnita brumosa del futuro;

y elevaré mi carne, como un grito
de luz, en poderosa vestidura,
y alegres tocarán el infinito
mis alas, con su férvida premura;

cuando retumbe la sagrada trompa
del juicio, consumando las edades,
y el orden subatómico se rompa,
forjando, como Dios, eternidades.

Entonces él y yo seremos uno,
fundidos en el tiempo y el espacio,
y en su reino, sin límite ninguno,
yo colmaré su fúlgido palacio.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Capitalismo

Pirámide del sistema capitalista. Caricatura anónima, publicada en Estados Unidos en 1911.

El mundo muere, preso de las cuentas,

bajo un arca de fúnebre dinero;
la tierra se humedece con la sangre
que nace de los montes y los ríos;
la humanidad, enferma de mentiras,
no suspende su tráfico de sombras.

Los banqueros acechan, como sombras,
donde gastan el oro de sus cuentas
y presumen, alegres, de mentiras,
con apariencia de mortal dinero;
mientras lloran los cauces de los ríos,
en la noche, su música de sangre.

Los imperios emergen de la sangre,
como vanos ejércitos de sombras,
quemando las arenas de los ríos,
con sicarios ajenos a las cuentas
de quienes acumulan su dinero,
bajo sus catedrales de mentiras.

En discursos de plácidas mentiras,
los monarcas amantes de la sangre
conjuran a su dios, el gran dinero,
mientras en fría cópula de sombras
los banqueros olvidan ya sus cuentas,
manchadas con mercurio de los ríos.

Pero nadan los muertos en los ríos
y denuncian gritando, sin mentiras,
a los viejos autores de las cuentas
firmadas con su rúbrica de sangre,
cuyo infinito número de sombras,
en los bancos, engendra más dinero.

Los colosos forjados con dinero
se desploman delante de los ríos,
cuando fuegos morados, entre sombras,
consumen su lenguaje de mentiras;
cuando lluvias indómitas de sangre
deshojan los archivos de sus cuentas.

Y las cuentas del áspero dinero,
cuando la sangre fluye con los ríos,
dejan solo mentiras como sombras.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Greta

Greta Thunberg haciendo huelga escolar por el cambio climático. Fuente: El Toro TV

(A Greta Thunberg)

La sombra de mercados criminales,
con gases de carbono, contamina
la atmósfera del mundo, gran sentina
donde flotan desechos a raudales.

Pisando ya las ágoras mundiales,
una hueste de jóvenes camina:
la cueva del futuro se ilumina
con su grito de luchas ambientales.

Así resuena tu discurso, Greta,
levantando con lúcido coraje,
sin límites ni miedos, un planeta.

Y al margen de la turba confundida,
que se ríe, sin más, de tu mensaje,
tú siembras el futuro de la vida.

Lúcido canalla

Hombre caminando solo de noche sobre un puente. Fuente: Vice

Nunca vayas de monje por la vida:
la gente, sin permiso, te avasalla,
rompiendo con su lengua de metralla
tus alas de gaviota malquerida.

Nunca bajes la frente deslucida:
camina desechando la morralla,
con andares de lúcido canalla,
con la mirada intensa y aguerrida.

No te humilles: aprende resistencia.
No seas un impávido insolente
ni un siervo temeroso y apocado.

No te rindas: prefiere la insistencia.
Llegarás, con el faro de la mente,
donde pocos audaces han llegado.

Antiplegaria

El genio del mal. Escultura en mármol de Guillaume Geefs (1848). Catedral de Lieja (Bélgica).

Tú no quieres de mí que sea bueno
cuando me desamparas, Dios ausente;
me susurra tu olvido la serpiente
si mascando su fruto me condeno.

Tus ángeles caídos en el cieno
lloran bajo su padre indiferente:
no colmarían el abismo ingente
si no los despidieras de tu seno.

Bajo tu lumbre, claridad oscura,
tú fraguas mi camino de miseria,
sádico Dios, mi larga desventura.

¿Probará tus infiernos este humano,
sombra tuya de pálida materia,
como peón de tu ajedrez arcano?

Luna

Vista parcial de la luna. Fuente: The New York Times

Luna de los arcanos infinitos,
enséñame tu libro de los muertos,
el mapa sideral de tus desiertos,
donde brotan los ángeles malditos.

Como se pierden los aerolitos
en la noche de límites inciertos,
despejo los enigmas encubiertos
en tu memoria de lejanos ritos.

Hermética, insondable, misteriosa,
tú iluminas el húmedo inconsciente,
de cuyas aguas emergiste diosa,

y habitas en la sombra de la mente,
virgen desnuda, como blanca rosa,
plateando los muros de mi frente.

Remota diosa

Luna creciente sobre un bosque de pinos. Fuente: http://tallpinesranch.blogspot.com

En el parque de rotas luminarias
entra la joven luna,
mirando las enormes araucarias
que le sirven de cuna.

Los últimos violetas del ocaso
terminan recogidos
en su destello pálido y escaso,
como dioses caídos.

A veces turban su profundo sueño
los audaces aviones,
como flechas de insólito diseño,
surcando sus regiones.

Pero su cuerno, imagen luminosa
de soledad oscura,
con su lenguaje de remota diosa
me lega su blancura.

Y en las calles desiertas, cuando salgo
de su parque vacío,
sus mil espejos me susurran algo
como un eco sombrío.

Yo sé que soy su lúcido cartero
bajo sordas farolas,
cargando su mensaje venidero
de canciones a solas;

pues en la grave calma de las noches,
a mis puertas cerradas,
como gatos debajo de los coches
fulguran sus miradas.

Y sembrando su imperio femenino,
su religión secreta,
la diosa que descubre mi camino
me llama su profeta.

domingo, 8 de septiembre de 2019

Brexit

Manifestación en Belfast (Irlanda del Norte) contra el Brexit. Fuente: Irish Examiner

Reclaman los británicos, furiosos,
divorciarse de Europa sin acuerdo,
y les abre caminos peligrosos
un loco, disfrazándose de cuerdo.

En el espejo del imperialismo
se miran, con orgullo desatado,
pero rugen los ecos del abismo
cuando grita su imbécil trajeado.

Su cámara dormida se despierta,
rehúsa los corsarios embusteros
y determina ya la senda incierta,
dibujando legales desafueros,

ante la gran Europa, desolada,
que se mira la túnica rasgada.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Demiurgo

Demiurgo. Ilustración del libro La Antigüedad explicada y representada en figuras (1719-1724), de Bernard de Montfaucon.

Cuando surgió del árido vacío
la materia de fuego, despertando,
el universo germinó, sembrando
su polen de galaxias en el frío.

¿Qué hiciste, Dios, en ese gran momento?
¿Qué giro de tu mano, qué variable
de cálculo fallido, lamentable,
nos condenó, sin más, al sufrimiento?

La religión enseña sacrificios,
pecado original y penitencia,
pero ya las antorchas de la ciencia
quemaron sus endebles artificios.

¿Qué fórmula seguían tus acciones?
¿Qué reino subatómico guardaba
tu corazón? ¿Qué número tramaba
tu denso laberinto de razones?

Algo falló de pronto, sin aviso,
como saltan redomas y matraces
con líquidos ardientes y voraces,
y derrumbó tu enorme paraíso.

Llegó la enfermedad, llegó la muerte,
vieja causa de lóbregos temores,
y el mundo, fatigado con dolores,
maldijo los misterios de la suerte.

Los humanos crearon la injusticia,
con modos infinitos de miseria,
y amasando con sangre la materia
los fuertes impusieron su codicia.

¿Qué hiciste, Dios? En lágrimas, doliente,
mirabas con asombro lo creado,
conociendo tu infame resultado
con el ojo invisible de tu mente.

Condéname al infierno, si deseas,
aunque me dieras libre pensamiento,
y escucharás tu fúnebre lamento,
sabiendo que malogras tus ideas.

¿Qué hiciste, Dios? ¿Los grandes libertinos
y los ateos no son obra tuya?
¿Merecen que la noche los destruya
labrando sus difíciles caminos?

Acaso, con los ojos abrumados,
huiste lejos del oscuro mundo,
para no destruirlo, furibundo,
tras llenarlo de seres animados;

y se quedó surcando, sin clemencia,
las aguas del océano maldito
llamado cielo, cosmos, infinito,
deseando tu fúlgida presencia.

Quizás aún lamentas el fracaso
y en la noche, tu diáfano reverso,
lloras en un rincón del universo
con el fuego sombrío de tu ocaso.

Los poetas de lúcida locura
te imaginan, misántropo demiurgo,
con aire de canoso dramaturgo,
buscando la piedad en tu figura.

Y te miran de cerca, sin encono,
como se mira al viejo derrotado,
y perdonan tu mundo fracasado
mientras lloran su inútil abandono.

viernes, 30 de agosto de 2019

Abadón

El ángel exterminador. Escultura en mármol de Josep Llimona. Cementerio de Comillas (Cantabria).
Todo ángel es terrible.
(Rainer Maria Rilke)

Los monjes de las eras tenebrosas
te supusieron ángel o demonio,
pues en ti se reúnen, poderosas,
oscuridad y luz en matrimonio.

¿Quién sabe de tu origen? Cielo y tierra
guardan secreto. Nadie sabe nada.
Pero tu imagen, Abadón, encierra
la insondable justicia de tu espada.

Ven, Abadón. Tu nombre es un abismo
de las profundidades más oscuras,
donde razona Dios consigo mismo,
donde Satán asedia las alturas.

Ven, Abadón: tus ojos no perdonan
si lanzan meteoros de basalto,
si las torres gemelas implosionan
hasta la sorda tumba del asfalto.

Ven, Abadón, oscuro vaticinio,
con señales de fúnebres clamores,
y confirma tu agónico dominio
sobre toda mi raza de traidores.

Ven, Abadón: arrasa a los mortales,
con la furia de todos los venenos,
por el deseo de los criminales
y el infame silencio de los buenos.

Ven, Abadón, de súbito, y descarga
tu enjambre de langostas relucientes,
devorando la carne más amarga,
la humanidad, abrigo de serpientes.

Ven, Abadón: incendia los volcanes,
derramando su vómito malsano,
y en vórtice de negros huracanes
agita rascacielos en tu mano.

Por el fuego de reyes cazadores,
por los dioses de inútil moralina,
por miles de cofrades inversores,
devotos de la virgen cocaína;

por la fe de los números bancarios,
por la sombra cercana de la guerra,
por las orgías de los empresarios,
malditos violadores de la tierra;

por millones de tumbas y de balas,
por el llanto y la sangre de la historia,
ven, Abadón, con las ardientes alas,
y que las ruinas hablen de tu gloria.

Deja tus hondas cumbres infernales
y tu grave silencio de ultratumba:
yo tejeré canciones abismales
mientras el mundo inerme se derrumba.

Pero, si no los dejas, en el viento
se quedará, flotando, mi plegaria,
como ladran su huérfano lamento
los perros en la noche solitaria.

Caminaré silente y desolado,
mientras la humanidad, en su locura,
ejerce de verdugo y condenado,
pariendo su inhumana desventura.

domingo, 25 de agosto de 2019

La caverna

Salgo de la caverna,
tenebroso cobijo de borrachos
que confunden la sombra con el mundo.
Al fin estoy a solas
y me duele de entrada,
pero me siento libre y sano.

Me despojo de vínculos antiguos
y de límites imaginarios,
pero no tengo miedo.
El sol no mata: solo me despierta
del sueño más profundo,
pero los borrachos no lo saben.
Prefiero soledad a servidumbre.
Prefiero luz amarga de los días
a sueño de los muertos.

Lavándome los ojos,
hago limpieza general de sombras,
archivo de recuerdos
y desinfección de la mente.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Marcos de Quinto

Manifestantes de extrema derecha en España.

Marcos de Quinto, boca de sentina,
vocero de tus amos bien comidos,
escupes a inmigrantes desvalidos
como viejo borracho de cantina.

Tus arranques de lengua viperina
seducen a los fachas atrevidos,
hermanos de Falange, siempre unidos
con los hermanos de la cocaína.

Grita más, en la boca de un abismo,
y entonces llegarán a cada polo
tus vómitos enormes de franquismo.

Hoy las redes te llaman Cocacolo,
caco loco del gran capitalismo
con maneras de imbécil españolo.

martes, 20 de agosto de 2019

Los cantores malditos

Jim Morrison. 

Los cantores malditos visten siempre de cuero,
sensuales y temibles como la mamba negra,
derramando en escena sus lúbricos sudores,
mientras arden sus ingles como hierros candentes.

Buscan parajes calmos, océanos, desiertos,
en cálidos aromas de marihuana fresca.
Se tienden sobre lechos de moteles perdidos,
absortos en las vastas auroras boreales
que sus mentes alumbran con sutiles influjos
del ácido que guarda la llave del misterio.
Y aspiran cocaína sobre los senos tibios
de las admiradoras que les brindan su carne.
La ciudad no descansa: tentación luminosa,
como una pecadora que levanta sus faldas,
incita al caminante con miles de neones,
con sus bares y casas de perdición abiertas.

Los cantores malditos visten siempre de cuero:
habitan el espacio salvaje de la noche,
donde cesa el imperio de los tabúes diurnos.
Callejean a solas como siluetas negras,
bajo los halos blancos de las altas farolas.
Y bailan dando vueltas, como locos de furia,
sobre las viejas tumbas de los inquisidores,
hasta caerse muertos en los brazos del alba,
como sátiros ebrios de músicas y drogas.

sábado, 17 de agosto de 2019

La marcha de Brasilia

Mujeres indígenas protestan contra Bolsonaro en Brasilia, con motivo de la conocida como marcha de las Margaritas. Fuente: diario El Horizonte

Mujeres de la tierra más herida,
que guardan la fecunda Pachamama,
son el eco desnudo que reclama
los ancestrales fueros de la vida.

Mientras arde la selva, consumida
con líquido mortal de negra llama,
la púrpura del indio se derrama
con balas de cristiano genocida.

La Pachamama, la frondosa madre,
muere crucificada, sin amparo,
sobre la fiesta de los mercaderes.

Si la cólera indómita del padre,
si la muerte se llama Bolsonaro,
la tierra luchará con las mujeres.

martes, 13 de agosto de 2019

Federico

Federico García Lorca. Fuente: National Geographic

Federico, la muerte desolada,
como hueso de frágil aceituna,
cayó mirando la sangrante luna,
sobre calles desiertas, en Granada.

La noche te lloró, desangelada,
como huérfana dentro de su cuna,
mientras en sordo golpe de fortuna
rodaba tu cabeza fusilada.

Llevan espumas en el viejo Dauro
los ecos de la historia, Minotauro
que se nutre de jóvenes ardientes.

En la noche, con álamos guardianes,
detrás de los dormidos arrayanes,
habitas en la sombra de las fuentes.