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martes, 28 de agosto de 2018

Non serviam

Lucifer. Aguafuerte de Gustave Doré.

(Robert Hendricks pronuncia sus votos de rebeldía, lujuria y abundancia)


Juro
desobediencia eterna
a los dioses,
a los reyes,
a los padres.
Juro reírme de su tiranía
con la insolencia del infierno.
Juro atenerme
a la sagrada ley de mi capricho,
sinuoso como cuerno de cabra.
Juro
que seguiré mi voluntad a todas horas
para que nadie me imponga la suya.
Entrego aquí mi voto de rebeldía.

Juro abrasarme
de impuros deseos hasta la muerte
bajo los nombres de Marilyn y Rita,
bajo la sombra de Friné y Aspasia,
bajo el susurro de Lilith, la precursora,
la madre ancestral de los demonios.
Juro
que no esconderé mis ojos
ante las floraciones de la carne,
ante los dones preciosos de la vida.
Entrego aquí mi voto de lujuria.

Juro
que gozaré los bienes de este mundo
como si fuera el único posible.
Juro que beberé las estrellas
en una crátera dorada,
saboreando su gusto de vodka.
Entrego aquí mi voto de abundancia.

Acción de gracias

Representación de la obra de Christopher Marlowe Doctor Faustus en el Globe Theatre (Londres), con el actor Arthur Darvill, en 2013. Fuente: Pinterest

(Robert Hendricks, músico de rock psicodélico, agradece a Satán su fama y riqueza)

Satán, estrella negra de los malditos,
faro en llamas, temible y hermoso,
yo te doy en ofrenda mi guitarra.
Tú subes en el aire de las noches
con el oro salvaje de los cohetes.
Tú rebosas mi copa de vino
cuando amanezco en sábanas revueltas,
entre cabellos de fugaces amantes,
y en escaleras de mármol agonizan
las botellas de champán rosado.
Tus alas de murciélago me susurran
los peligros de la inocencia
con la sabiduría de los herejes.

Adoro la belleza de este mundo,
porque jamás limito mi deseo.
Dios me desechó en los caminos
igual que un perro solitario,
cuando mis pasos no medían
esta casa de lujo fulgurante,
desplegada con alas de gaviota
sobre jardines californianos.
Dios no secó mis lágrimas de niño
con su mano celeste,
pero vino Satán de noche,
regalándome sus promesas
de abundancia, lujuria y rebeldía.
No he probado frutas mejores
en las oscuras loterías del cosmos.

Si me dan entradas al paraíso,
prefiero un viaje en limusina hacia la muerte.
Si mis huesos deben quemarse
en el abismo del cero absoluto,
prefiero lanzarme borracho,
con los arcángeles de la morfina,
para no darme cuenta de nada.
Satán hará una fiesta,
bebiendo mis cenizas con whisky
sobre los crematorios del infierno.