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martes, 26 de marzo de 2019

Gabriel García Moreno

Retrato de Gabriel García Moreno.

I

Acaba su oración el presidente:
lo esperan en la vieja escalinata,
donde la furia liberal desata
su crimen a la vista de la gente.

Faustino, su enemigo más ardiente,
lo machetea, como innoble rata,
y una carga de plomo lo remata
sobre un charco de sangre, fríamente.

Con gracia de católico romano,
comulgaba y después, en su escritorio,
firmaba ejecuciones con su mano.

Mientras duró su tenebrosa vida,
tornó un país en largo velatorio,
cosechando su muerte merecida.

II

Muriendo como trágica figura,
clamaste “Dios no muere”, derrotado,
pero un cielo sin ángeles, callado,
no miró tu lejana desventura.

Tu soledad y tu ambición oscura
sellaron tu final, macheteado
sobre las escaleras, derramado
como vaso de fría sangre impura.

¿Querías la grandeza del martirio?
¿Te imaginabas Dios, en tu arrogancia
de criollo nombrado presidente?

Solo quedó tu sombra, tu delirio,
tu vanidad, ejemplo de ignorancia:
nunca serás la víctima inocente.