Alegoría del alma (1951). Salvador Dalí. Fuente: Facebook |
¿Quién sabría decirme cuánto pesa?
¡Nadie, nunca! Y a todos interesa
tan leve idea como cosa grave.
Dicen que gira Dios la muda llave
del cuerpo humano, donde gime presa,
y entonces, desde el frío de la huesa,
remonta a lo invisible como un ave.
Dicen que lleva méritos consigo,
que Dios le da su premio o su castigo,
que los rezos impiden que sucumba...
Pero no les conmueve la miseria
del cuerpo, de la trémula materia,
pues el alma se calla como tumba.