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lunes, 30 de agosto de 2021

Eisheth Zenunim

El súcubo (1889). Escultura en bronce de Auguste Rodin. Fuente: comiterodin.fr

Tú, señora de putas infernales,
presides una fiesta demoniaca,
sin reparos, en húmeda cloaca
donde brotan deseos inmortales.

Cabalgas en impulsos animales,
con fuerza de pantera dionisiaca,
y en tus brazos alojan su resaca
los grandes libertinos amorales.

A ti, fatal hieródula, mentora,
te hicieron ultrajada pecadora,
pues los hombres tomaron lo sagrado;

pero si luces, como jade terso,
con figura de súcubo perverso,
reclamas tu grandeza del pasado.

lunes, 23 de agosto de 2021

Religión

Johann Caspar Lavater y Gotthold Ephraim Lessing
visitan a Moses Mendelssohn
 (1856).
Óleo sobre lienzo de Moritz Daniel Oppenheim. Fuente: Wikipedia

La fe judía con la fe cristiana,
si algún asunto celestial se toca,
dice, como la gente musulmana,
que el mundo, menos ella, se equivoca.

Ninguna sabe que la sed arcana
del cosmos abre fuentes en la roca,
de modo igual que la criatura humana
forja nombres de estrellas en su boca.

¿Y a qué miramos al ausente cielo?
Posemos las miradas en la tierra
y hagamos fe de nuestra inmensa lucha:

si cuidamos el reino de este suelo,
cesarán las penurias y la guerra
que la sufriente humanidad escucha.

Para un ejecutivo

Ilustración de Marshall Arisman para la portada de la novela
American Psycho, de Bret Easton Ellis. Fuente: maryannadair.com

Tus afanes bursátiles presumen,
cuando siembran espinos entre malvas,
haciendo que los números abrumen
o que se marchen ocasiones calvas.

No pienses que ningún oscuro numen
hará milagros en tus noches albas,
cuando tus ojos trémulos consumen
el paraíso donde no te salvas.

Pisando tus alfombras impolutas,
la muerte fijará tu vano precio
cuando las horas, pálidas y enjutas,

marquen el fin de tus latidos, necio,
cuando filas de gánsteres y putas
arrojen sobre ti su menosprecio.

lunes, 16 de agosto de 2021

Lilith

Relieve de Lilith en piedra, en estilo Art Nouveau. Fuente: Pinterest

En épocas antiguas, eras diosa:
la gente del imperio babilonio
te imaginó carnal y poderosa,
lamia danzante, lúbrico demonio.

Los judíos te vieron peligrosa,
como doncella para san Antonio:
dejaste el paraíso, revoltosa,
y Adán buscó segundo matrimonio.

De ti nacieron mitos y rumores:
asesina de infantes en la cuna,
quimera de susurros tentadores...

Pero tú, gran Lilith, oscura luna,
tú siembras entre sombras tus amores
y das a tus devotos la fortuna.

Risa mortal

La muerte de Pietro Aretino. Óleo sobre lienzo de Anselm Feuerbach (1854). Fuente: Wikipedia


Según la tradición, el Aretino,
riéndose de un chiste lujurioso,
murió de golpe en un festín ruidoso,
delante de las putas y del vino.

Pero todos conocen el destino:
sea quien sea, cómico o lloroso,
demonio o santo, joven o canoso,
pisa la tumba al fin de su camino.

Si se burló Demócrito del mundo
y el Aretino lo imitó, jocundo,
muriéndose de pura carcajada,

como Dios, el ausente, no remedia
los daños de su cósmica tragedia,
se rieron, sin más, ante su nada.

lunes, 9 de agosto de 2021

Relicario

Copa con una marca de pintalabios. Fuente: Pinterest

Me dejaste, sin más, las puras huellas
de tus labios impresos en el filo
de una copa, marcados con sigilo,
como pasan efímeras estrellas,

dejando su memoria de centellas
a quien sigue su rumbo, siempre en vilo,
desde el oscuro océano tranquilo,
donde mueren, indómitas y bellas.

Te fuiste lejos, pero no del todo,
pues haré de la copa relicario
que me guarde tu beso de este modo,

logrando que su imagen transparente
me sirva como pálido santuario
para un vestigio del amor ausente.

sábado, 7 de agosto de 2021

Coctelería

Botellas en un bar de cócteles. Foto: Ramiro Rosón

Sobre los anaqueles de madera, fastuosos,
hay licores que vienen de los buques mercantes:
el vodka, mensajero de témpanos errantes,
y los güisquis nacidos en páramos brumosos

dialogan bajo rones de climas bochornosos;
el azul curasao, con fulgores cambiantes
y líquidos, encubre sus naranjas fragantes
y un mezcal insinúa desiertos majestuosos.

En el bosque risueño de su coctelería,
todos esos licores demandan, a porfía,
que dejes en mi copa la huella de tus labios

y al momento brindemos, porque la suave noche
nos dirá si matamos juntos, en un derroche
de besos, a la muerte y a sus crudos agravios.

viernes, 6 de agosto de 2021

Las cabras guaniles

Cabra guanil en el parque rural de Anaga (Tenerife). Fuente: El Día

Amantes del abismo, solitarias
o unidas en rebaños pasajeros,
las cabras forman trechos de senderos,
en riscos de paredes milenarias,

y sus astas de curvas legendarias,
coronas de los chivos altaneros,
no ceden a los últimos cabreros
que guardan los barrancos de Canarias.

Negando las ovinas mansedumbres,
ellas pisan la frente de las cumbres,
donde surcan los mares con sus ojos,

y, si las cazan pobres desalmados,
perecen como guanches derrotados
y al abismo le entregan sus despojos.