En épocas antiguas, eras diosa:
la gente del imperio babilonio
te imaginó carnal y poderosa,
lamia danzante, lúbrico demonio.
Los judíos te vieron peligrosa,
como doncella para san Antonio:
dejaste el paraíso, revoltosa,
y Adán buscó segundo matrimonio.
De ti nacieron mitos y rumores:
asesina de infantes en la cuna,
quimera de susurros tentadores...
Pero tú, gran Lilith, oscura luna,
tú siembras entre sombras tus amores
y das a tus devotos la fortuna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario