Salgo de la caverna,
tenebroso cobijo de borrachos
que confunden la sombra con el mundo.
Al fin estoy a solas
y me duele de entrada,
pero me siento libre y sano.
Me despojo de vínculos antiguos
y de límites imaginarios,
pero no tengo miedo.
El sol no mata: solo me despierta
del sueño más profundo,
pero los borrachos no lo saben.
Prefiero soledad a servidumbre.
Prefiero luz amarga de los días
a sueño de los muertos.
Lavándome los ojos,
hago limpieza general de sombras,
archivo de recuerdos
y desinfección de la mente.
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