Placa en homenaje a las Trece Rosas, en el cementerio de La Almudena (Madrid). Fuente: infolibre.es |
Trece rosas, amigas ejemplares,
novias de la república humillada,
supieron la sentencia confirmada
con un grito de sombras militares.
Con lágrimas de tenues luminares,
con su rojo de sangre desatada,
quemaron la desierta madrugada
como naves ardientes en los mares.
En la prisión de Ventas resonaron
sus nombres y, más tarde, las mataron
a la sombra del viejo cementerio.
Cerca del muro, cerca de la historia,
los cipreses, guardando su memoria,
meditan en la muerte y su misterio.
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