La capitana de barco Carola Rackete, en la portada de la revista alemana Der Spiegel. |
(A Carola Rackete)
Caídos en el juego de la suerte,
cuarenta desolados inmigrantes
luchaban con mareas incesantes
en un Mediterráneo de muerte.
Pero venías tú, serena y fuerte,
respondiendo sus voces llameantes,
y salvaste, sin más, a los errantes
de su destino ciego, sordo, inerte.
Oh capitana, capitana mía,
celebro tu furiosa valentía:
no distingues más raza que la humana.
Mientras haga la mar de sepultura,
no dejarás tu lúcida locura,
capitana, rebelde capitana.
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