El sentido del oído. Óleo sobre tabla de Jan Brueghel el Viejo y Pieter Paul Rubens. Museo del Prado. |
La música, misterio descifrado,
me levanta, me guía, me perdona,
cuando su fuego inmaterial razona
la forma del espíritu sagrado.
Su talante ligero y delicado
ni molesta, ni ofende, ni traiciona,
ni grita, ni recela, ni se encona
si dejo de escucharla, fatigado.
Yo la prefiero sobre todo amigo:
como signo de tiempo favorable,
su armónico mensaje va conmigo.
Me sirve de refugio y de consuelo
su diálogo solícito y afable,
como un azul de fulgurante cielo.
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