Si en toda tierra soy un desterrado
y en la mía lo soy más que en la ajena,pues el mundo se ríe de mi pena,
la de siempre saberme inadaptado,
sin arraigo posible ni soñado,
mi corazón apátrida resuena
como la sangre de maldita vena,
como gitano y moro despreciado.
La humanidad entera me resulta
falange loca, ciega turbamulta,
y un alma afín apenas hoy encuentro.
¿Dónde está mi país? ¿Acaso fuera
de este mundo? Su arcana primavera
fluye, como la sangre, bien adentro.
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