de fulgurante sal. ¿Qué soy en esta
borrachera de luz interminable?
Soy un ascua, la sombra manifiesta
de un sol que engendra soles, incansable,
mutando las mareas en orquesta
de zafiros, en música de jable
mecido con el fuego de su cresta.
Soy ola pura, válvula consciente
de su lejano corazón, vidente
del áspero martillo de su fragua,
pues, en esa volátil argentía,
sol y océano tallan a porfía
la imagen sinestésica del agua.
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