La muerte de Séneca. Óleo sobre lienzo de Pieter Paul Rubens. Museo del Prado (Madrid). |
se queja de su inútil resistencia,
como Sísifo carga su dolencia,
roca infernal, en cada nuevo día,
¿para qué la sagrada hipocresía
le requiere su frágil permanencia?
Que la razón humana, con la ciencia,
ponga fin a su oscura travesía.
Sobre las camas de los hospitales,
un mudo ruego la piedad escucha:
si piden los enfermos terminales
eutanasia, que nadie se la impida,
pues al cabo demandan, con su lucha,
dignidad en la muerte y en la vida.
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