Vistas de página en total

jueves, 30 de julio de 2009

Hay días angustiosos


Hay días angustiosos,
días en que me siento confinado
en mi ciudad angosta,
que muere de su tedio,
que naufraga en su turbia somnolencia.

Ha caído la noche
y salgo de mi casa.
La ciudad es absurda. No hay sentido
en los viejos burdeles,
donde aguardan las jóvenes, sentadas,
a algunos solitarios;
en las sucias tabernas,
donde los bebedores se reúnen;
en los míseros canes y mendigos,
abandonados a la misma suerte.

El cielo está desnudo;
apenas se divisan sus estrellas.
Si mis ojos levanto, sólo veo
melancólicas luces de farolas.
Las calles me susurran
su lamento inaudible, su cansancio.
Sobre las duras losas de una acera,
unos cristales hablan
de fracaso y olvido.
Yacen algunas hojas,
que un viento frío mueve.

Cuánto deseo conciliar el sueño,
en mi lecho calmoso.
Cuánto deseo que la luz del alba
desvanezca las sombras.

2 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Doy otra vuelta por tu blog antes de irme (creo que se va ha convertir en costumbre:-) y me encuentro estos días angustiosos que me parece reconocer.
Enhorabuena por el poema.
Un saludo y felices días de verano, Ramiro.

Ramiro Rosón dijo...

Creo que todos hemos padecido alguna vez esos días angustiosos, esas horas de soledad, hastío y cansancio, en las que sentimos que nada puede salvarnos de nuestros males. En esos días, la ciudad se torna, a menudo, en una suerte de purgatorio (no sé bien cómo decirlo; viene a mi cabeza la idea de un lugar de sufrimiento) donde nos vemos atrapados, más aún si hablamos de una lánguida ciudad provinciana como Santa Cruz. La visión de las calles a la noche, desiertas, desoladoras, iluminadas sólo por las vagas luces macilentas de las farolas, agranda la soledad, el hastío y el cansancio. Y la visión de las miserias humanas y animales, que uno siempre lamenta, agranda la sensación de hallarse en un purgatorio.

Muchas gracias, Olga, por tus comentarios; vuelve por este blog siempre que se te apetezca. Asimismo, espero que tengas un hermoso mes de agosto.

Saludos.