Caricatura de Donald Trump, por Michael deAdder. |
Ay, qué triste destino
el de volverse viejo y reaccionario.
(Francisco Fortuny)
Si el meteoro de flamante iridio
mató los dinosaurios, en oscura
tragedia, con la misma desventura
caemos en la boca del ofidio
llamado Trump. Nos mira con fastidio,
con ambiciones de infernal criatura,
desatando su fúnebre locura
con balas de masacre y genocidio.
Mediante el ecocida Bolsonaro,
pálido siervo de maldad suprema,
nos arroja a las fauces del abismo,
talando virgen selva sin reparo,
demoliendo su gran ecosistema
para su dios, el gran capitalismo.