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Ramas de Platanus hispanica.
Abrazando los márgenes del campus,
os levantáis alegres,
unidos en
hileras armoniosas.
Pasáis las
estaciones y los años
en calma
perdurable,
firmes como
los hitos de una senda.
Ya no recuerdo, plátanos amigos,
cuántas veces mis pasos anduvieron
solos a vuestra sombra;
cuántas veces notaron mis oídos
el son de vuestras hojas,
como liras eolias en el viento;
cuántas veces mis ojos admiraron
vuestras figuras
altas
como verdes incendios.
Innúmeras
mañanas me detuve
debajo de
vosotros,
viendo cómo
los montes azulados
de Gran
Canaria, en honda lejanía,
descuellan
del océano y las nubes.
Llenaba mi
deseo de infinito
y oleadas de
paz me rodeaban.
Solo
vosotros, plátanos amigos,
allanasteis
el áspero sendero
de mi rutina
diaria, del estudio,
llamándome con
voces inaudibles,
conversando
conmigo sin palabras.
Ahora que abandono
yermas aulas y fríos corredores,
y salgo al aire libre y a la vida,
os doy las gracias, hijos de la
tierra,
que volvéis en fecundos
los áridos espacios de los hombres.
Georg Friedrich Händel. Suite en re sostenido mayor: Preludio. Robert Hill, fortepiano.
1 comentario:
Y que sigan mucho tiempo en su lugar. Qué enorme sensación de impotencia y desazón cuando órdenes y manos municipales deciden cortar un árbol, como los que antes estaban en La Trinidad, como los que antes estaban en algún barranco próximo a mi casa. Enhorabuena por el poema.
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