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domingo, 31 de marzo de 2024

Ogigia

La isla de Calipso (1897). Óleo sobre lienzo de Herbert James Draper.
Fuente: Wikipedia

No volveré jamás. Aquí me quedo,
pues Ítaca ya no me necesita.
Dejo mi lucha, mi fatal denuedo:
calma y goce mi cuerpo solicita.

Rujan los dioses: no les tengo miedo.
Su divina crueldad es infinita.
Descansaré en la sombra del viñedo
que da las uvas y al reposo invita.

Solo quiero la brisa acariciante
de un oleaje que mi piel acuna
y el roce de Calipso, fulgurante.

Reina sin mí, Penélope. Si alguna
vez me piensas, olvida mi fortuna.
Mi eternidad es un alegre instante.