Quisiera sostenerme en la llanura
como gran elefante despacioso,
con andares de plácido coloso
que lleva su inconsútil armadura.
Quisiera hacerme viejo con altura
como ceiba de fuste vigoroso,
reina madre con hábito frondoso
que domina la virgen espesura.
Quisiera ser millones de cristales
dentro del corazón de la materia,
como fúlgida lasca de berilo,
pues amo los misterios naturales
más que la humana condición, miseria
que lamento, de noche, con sigilo.
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