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sábado, 30 de enero de 2021

Bernardo

Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife. Fuente: El Mundo

(A Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, que se vacunó contra el coronavirus a toda prisa, para no llegar demasiado pronto al reino de los cielos)

Bernardo, como tú has ido
a vacunarte el primero,
de tales prisas infiero
tu corazón descreído:
toda confianza has perdido
en la santa providencia,
cuando tu afán evidencia
que no quieres ser salvado
por Dios, sino vacunado
por la satánica ciencia.

¿Qué más da la fe cristiana,
qué más da la vida eterna,
si la vacuna Moderna
salva tu vida mundana?
Ya tu condición humana
demuestra su hipocresía,
pues nos dice tu homilía
que suframos resignados,
y tú, con los pies alados,
corres a la enfermería.

¿Novenas y escapularios
ya no protegen tus horas?
¿Ay, Bernardo, ya no imploras
a la Virgen con rosarios?
Alaba a los sanitarios
y en la iglesia, con sordina,
ruega a santa Medicina
para que no críes malvas,
porque, si ahora te salvas,
no será cosa divina.

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