Alegoría del triunfo de Venus, por Agnolo Bronzino. Óleo sobre tabla (hacia 1540-1550). National Gallery (Londres). Fuente: http://venusrex.blogspot.com/
Juerguistas, descarriados y pendones
imploran a Satán, el bien caído,
como santo demonio preferido
para sus condenables intenciones.
Dios te manda: “reprime las pasiones”;
habla Satán: “¡disfruta lo prohibido!”
Mientras uno te llama pervertido,
sugiere el otro dulces perversiones.
Dios te deja la carga de su culpa;
Satán remueve el peso del prejuicio,
para que muerdas la jugosa pulpa
de la manzana impúdica del vicio,
y al cabo, sin demora ni disculpa,
naufragues, dulcemente, en el fornicio.