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martes, 21 de mayo de 2019

Tres sonetos políticos

El despertar del pasado. Graffiti que caracteriza a Franco como Frankenstein, firmado por el artista urbano TVBoy y situado en la plaza Urquinaona (Barcelona).

La España viva

“¡Viva la muerte!”, dijo un gran idiota,
“¡Muera la inteligencia!”, desatado,
y Abascal se disfraza de patriota,
berreando consignas de soldado.

¿Pan y trabajo? ¡Toros en Las Ventas!
¿Seguridad? ¡Que vivan las pistolas!
¿Feminismo? ¡Locura de sargentas!
¿Inmigración? ¡Banderas españolas!

¡Los moros y los negros, todos fuera!
¡Matemos a los rojos malnacidos!
¡Que la ibérica furia se despierte!

Y, cuando el último español se muera,
los huesos de Abascal, enmudecidos,
no cantarán “El novio de la muerte”.

Morante

(Contra el torero Morante de la Puebla, que secó las lágrimas de un toro antes de matarlo, con absoluta impiedad)

Un bellísimo toro, desangrado,
se despide con lágrimas del coso:
todavía se yergue, temeroso,
y espera su destino resignado.

Mas, antes de que sea condenado,
el torero presume de gracioso,
y enjuga su pañuelo, indecoroso,
lágrimas en un rostro desolado.

¿Llegamos al homínido, Morante,
solo para tu gloria de farsante?
Miedo me das, primate furibundo.

No llores cuando un toro, sin clemencia,
se ría de tu fúnebre insolencia,
borrándote, sin lástima, del mundo.

España

Te quiero roja y cárdena, vibrante
de soles bajo límpidas auroras,
con fuego de mujeres luchadoras,
libre, laica, diversa, dialogante.

Te quiero solidaria, sin fronteras,
en impuro y hermoso mestizaje,
riéndote del Cid y su pillaje
sin novios de la muerte ni banderas.

Te quiero sin devotos mercenarios,
sin toros en festejos sanguinarios
ni galgos moribundos en los montes.

Te quiero sembradora de conciencias,
matrona de las artes y las ciencias,
en rojos y morados horizontes.

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